Hablemos de Psicopatía

05.04.2024

La psicopatía es un trastorno de la personalidad que todos hemos oído nombrar alguna vez. Sin embargo, a pesar de la cantidad de información que tenemos hoy en día, su popularización en el cine y en distintas series televisivas ha llevado a una banalización y mala comprensión de su verdadera naturaleza. 

Históricamente, se ha tratado de encuadrar el concepto en un conjunto de características universales, tales como la falta de afecto, de remordimiento o de empatía, sumado al uso malicioso de la seducción, manipulación y utilización de otras personas para sus propósitos personales.

No obstante, los estudios más recientes ponen en tela de juicio esta concepción. Hoy en día se busca no confundir estas características, aparentemente indiscutibles, con síntomas o signos que pudiesen pertenecer a otras enfermedades o trastornos mentales, y considerar también elementos ambientales que puedan influir en su desarrollo.

Sintomatología

Según un panel de 137 expertos, las características más destacadas que indican que podemos estar ante un psicópata son las siguientes:

  • Ausencia de remordimientos
  • Egocentrismo
  • Falta de empatía
  • Manipulación de los sentimientos de los demás
  • Mentiras compulsivas
  • Ausencia de emociones
  • Capacidad de disimulo
  • Engrandecimiento propio

Kevin Dutton, en su libro "La sabiduría de los psicópatas", diferencia entre dos tipos de empatía: la cognitiva, que implica el proceso mental de comprender y reconocer las emociones y pensamientos de los demás (sin necesidad de compartirlo), y la afectiva, es decir, la capacidad de compartir y experimentar las emociones de otra persona, sintiendo una conexión emocional con sus experiencias.

Los psicópatas tienen tienen una empatía afectiva muy baja o nula, pero tienen un alto nivel de empatía cognitiva. Es decir: pueden entender los sentimientos de los demás, pero no los experimentan ni se conmueven emocionalmente por ellos. Esto les permite manipular y engañar a otros de manera eficaz al comprender sus emociones y pensamientos sin sentirlos realmente. 

Esto también explica su comportamiento altamente adaptativo, ya que tienen un buen conocimiento de las conductas socialmente correctas y cómo imitarlas para pasar inadvertidos. Sin embargo, tienden a crear códigos propios de comportamiento, por lo cual solamente sienten culpa al infringir sus propios reglamentos y no los códigos sociales comunes.

Este autor, incluso, habla de la utilidad que pueden tener los psicópatas para la sociedad. Profesiones como las de los medios de comunicación, CEO (Directores Ejecutivos), abogados, policías, vendedores, periodistas y otras, son las que más porcentaje de psicópatas tienen, justamente porque estas profesiones suelen valorar características como la falta de empatía, el encanto superficial, el liderazgo, la impulsividad y la capacidad para tomar decisiones frías y calculadoras con una alta tolerancia al estrés. 

Esto nos demuestra que los psicópatas no son necesariamente el asesino serial que vemos en las películas. Una cosa son los rasgos psicopáticos, y éstos pueden ser perfectamente adaptables a la sociedad (e incluso preferibles, para ciertos ambientes). Otra cosa diferente es la sociopatía, en la que se combinan algunos o todos estos rasgos con conductas antisociales, violentas y perversas (dando como resultado al personaje siniestro de Hollywood).


Posibles causas

Según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5), entre el 0.2 % y el 3.3 % de la población mundial son psicópatas.

No hay un consenso sobre las causas que expliquen la psicopatía, pero a lo largo de los años se han presentado diferentes teorías. Vamos a enumerar algunas.

- Alteraciones neurológicas:

Estas teorías sugieren que la psicopatía se debe a alteraciones cognitivas, tales como déficit estructurales y funcionales en la amígdala, la corteza pre-frontal, regiones temporales y otras áreas del sistema límbico como el hipocampo, el cingulado anterior y el cuerpo calloso. 

 - Teorías genético-hereditarias: 

Entre ellas encontramos 3: una hipótesis que explica el origen de la psicopatía a nivel endócrino (debido a poca cantidad de cortisol y niveles incrementados de testosterona en la amígdala), una hipótesis genética, que sitúa la heredabilidad de la psicopatía entre el 30 y el 50% (debido a un bajo nivel del gen MAO-A), y por último una hipótesis neuroquímica, que destaca disfunciones asociadas al gen transportador de la serotonina, y a los genes receptores de la dopamina y la oxitocina, afectando la conectividad de la amígdala con el lóbulo prefrontal.

 - Teorías ambientalistas: 

A pesar de las posibles bases endócrinas, genéticas y neuroquímicas, debemos tener en cuenta que la genética no determina en su totalidad la expresión de un rasgo psicológico. Por eso no podemos hablar de "determinación genética" de un trastorno, sino de factores de susceptibilidad genética para un rasgo  determinado, cuyo desarrollo dependerá de las experiencias de vida del individuo.

Existe una fuerte asociación entre experiencias tempranas de abuso, negligencia, conflicto parental, desapego y determinados estilos de crianza con la psicopatía. Cuanto más graves son dichas experiencias, mayor es la severidad del trastorno. 

El apego o la vinculación afectiva se ha mostrado como un factor relevante para la psicopatía. 

Los eventos traumáticos en la infancia se corresponden con conductas antisociales. Por otro lado, la baja implicación parental afecta más al componente afectivo: diversos autores concluyen que la vinculación afectiva prima al abuso. En concreto, la baja atención materna fue el aspecto de la vinculación afectiva más asociado con la psicopatía. A su vez, la baja sobreprotección paterna está asociada con mayor desapego emocional.

Por otro lado, los hijos de padres que no hacen cumplir consistentemente las reglas tienden a exhibir comportamientos antisociales en mayor medida. Niños sometidos a niveles más elevados de castigo físico son más propensos a desarrollar un estilo interpersonal insensible y a considerar la agresión como un medio aceptable para controlar a los demás a pesar de que genere sufrimiento. En este sentido, el uso de castigo corporal también ha sido asociado con niveles más bajos de internalización de normas morales en niños.

Por el contrario, se ha demostrado que un apego fuerte y positivo, caracterizado por un estilo de crianza cálido y responsable y enfocado en los aspectos positivos de la relación padres-hijo, es importante para fomentar el desarrollo de la conciencia y la empatía, así como para reducir el riesgo del desarrollo de rasgos psicopáticos en el futuro.

Tratamiento

No existe tratamiento conocido para la psicopatía. Y esto es debido a muchos factores: para empezar, no se trata de una enfermedad ni de un síndrome, sino de un rasgo de personalidad, la mayoría de las veces iniciado en la infancia. Aún basándonos en las teorías de origen genético, no hay evidencia de que un tratamiento hormonal y químico modifique los rasgos psicopáticos, ni tampoco la terapia psicológica. El segundo factor es que aún se trata de una condición en vías de investigación; si bien hoy en día pueden definirse rasgos característicos y diferenciarla de otras patologías o rasgos de personalidad, sigue siendo un campo ambiguo del que seguimos aprendiendo.