¿Qué es la Ezquizofrenia?

06.09.2023

La esquizofrenia es un trastorno mental caracterizado por la pérdida de contacto con la realidad. La magia del cine nos ha llevado a demonizarla, encerrándola en estereotipos sobreactuados. Sin embargo, con un tratamiento adecuado, las personas con esquizofrenia pueden vivir una vida plena como cualquier otro individuo.

Diagnóstico

La esquizofrenia afecta a cerca del 1% de la población mundial. Es más frecuente que la enfermedad de Alzheimer y la esclerosis múltiple. Sin una detección correcta ni el tratamiento adecuado, puede provocar una combinación de alucinaciones, delirios, alteraciones de pensamiento, de conducta y apatía que, si no reciben el tratamiento adecuado, pueden terminar afectando significativamente las relaciones sociales de la persona, su trabajo y su cuidado personal. 

La edad media de inicio se sitúa alrededor de los 20 años, algo más tarde en mujeres que en varones. 



Sintomatología

Podemos encontrar síntomas variados:

  • Fantasías: creencias falsas que no tienen base en la realidad. Por ejemplo: fantasías persecutorias, manía de grandeza, etc.
  • Alucinaciones: implican ver o escuchar cosas que no existen. Para la persona con esquizofrenia, tienen toda la fuerza y la repercusión de una experiencia normal. Las alucinaciones pueden implicar cualquiera de los sentidos, pero escuchar voces es la alucinación más común.
  • Pensamiento desorganizado: el pensamiento desorganizado se infiere a partir del habla desorganizada. La comunicación eficaz se puede ver afectada y las respuestas a preguntas pueden no relacionarse con éstas de manera parcial o completa.
  • Comportamiento motor desorganizado o anormal: comportamiento no orientado a un objetivo, resistencia a seguir instrucciones, postura inadecuada o extraña, ausencia de respuesta o movimiento excesivo.
  • Apatía: la persona puede descuidar su higiene personal o parecer que carece de emociones (no hace contacto visual, no cambia las expresiones faciales o habla en un tono monótono). Hay una progresiva pérdida de interés, retracción social, y pérdida del disfrute. 

Con el paso del tiempo, los síntomas pueden variar con respecto al tipo y la gravedad, con periodos de empeoramiento y remisión de los síntomas. Algunos síntomas pueden estar siempre presentes.

Síntomas en adolescentes

Los síntomas en los adolescentes pueden ser más difíciles identificar. Esto puede deberse, en parte, a que algunos de los síntomas tempranos de la esquizofrenia son comunes en el desarrollo típico de la adolescencia, tales como:

  • Distanciamiento de amigos y familiares
  • Menor desempeño escolar
  • Trastornos del sueño
  • Humor irritable o depresivo
  • Falta de motivación
  • Pensamientos y comportamiento suicidas


Además, el uso de sustancias recreativas, como la marihuana, las metanfetaminas o el LSD, a veces puede causar signos y síntomas similares. En comparación con el diagnóstico en adultos, los adolescentes menor probabilidad de ideas delirantes, pero mayor probabilidad de alucinaciones visuales. 

Es importante aclarar que, si bien los síntomas de la esquizofrenia son complejos, con una correcta prevención, detección temprana y un tratamiento adecuado, la persona puede llevar una vida perfectamente normal. 

Causas, prevención y tratamiento

Se desconocen las causas y el mecanismo de la esquizofrenia. Sin embargo, las investigaciones actuales sugieren que puede deberse a una combinación de factores genéticos, ambientales, por consumo de sustancias psicotrópicas en los primeros años de la adolescencia y por alteraciones en la química del cerebro.

Siempre es necesario realizar un diagnóstico diferencial, ya que diversos trastornos, como los de la glándula tiroidea, tumores cerebrales, trastornos convulsivos y otros trastornos cerebrales pueden causar síntomas similares.

Por último, el tratamiento consiste en el empleo de fármacos antipsicóticos, programas de entrenamiento y actividades de apoyo comunitario, psicoterapia y educación familiar.

No hay una manera segura de prevenir la esquizofrenia; sin embargo, fomentar la concientización sobre la enfermedad es indispensable. No sólo para ayudar a su detección temprana y reducir el empeoramiento de los síntomas, sino para que como sociedad dejemos de temerle a esta condición y sepamos que puede superarse.